Varios tratamientos no farmacológicos tienen un beneficio sintomático no despreciable en la osteoartritis.
Todas las medidas no farmacológicas tienen por objetivo controlar el dolor, la reducción de la rigidez articular, la limitación de las lesiones cartilaginosas, la mejora de la función y la calidad de vida.
La educación del paciente
Requiere una colaboración entre médicos, cirujanos, kinesiterapeutas y nutricionistas.
Hay que insistir en la lucha contra las actitudes viciosas, la economía articular, la reducción ponderal y el mantenimiento muscular. Para mejorar el seguimiento del tratamiento, el médico debe explicar los efectos esperados, como la disminución del dolor y el refuerzo de la fuerza muscular.
El enfermo debe saber que el abandono de los tratamientos conlleva una degradación de los resultados obtenidos. Debe comprender que tiene que adoptar un nuevo estilo de vida.
El descanso articular
Se recomienda tener cuidado con la articulación artrósica. El enfermo no debe “forzar” una articulación en los períodos más dolorosos. El descanso articular es necesario en caso de acceso doloroso, pero no tiene que continuarse más allá de las crisis.
Se aconseja la práctica deportiva regular a dosis razonables para mantener la fuerza muscular. Para mejorar la observación, el médico ha de tomar algunas medidas, como los seguimientos regulares, o los contactos telefónicos con su paciente. El enfermo debe participar activamente en su tratamiento y no dejarse hacer con pasividad. Se le aconsejará que lleve un diario para auto-evaluar los progresos constatados.
La lucha contra el sobrepeso y la obesidad
Existe un vínculo significativo entre el índice de masa corporal y el riesgo de desarrollar una gonosteoartritis. El adelgazamiento disminuye los dolores y mejora la función articular. El sobrepeso sólo aumenta ligeramente el riesgo de coxosteoartritis, pero cuando esta última ya existe, el hecho de tener sobrepeso aumenta el riesgo de recurrir a una prótesis de cadera.
Además, la osteoartritis digital es más frecuente en los sujetos obesos.
El adelgazamiento de los enfermos obesos o con sobrepeso es, por lo tanto, indispensable (sobre todo para las localizaciones artrósicas en los miembros inferiores). Puede ser necesario el tratamiento de un dietista.
La reeducación y los ejercicios físicos (kinesiterapia)
La reeducación lucha contra la constitución de una deformación articular, limitando la amiotrofia periarticular, y permite conservar una buena función articular. La reeducación debe adaptarse al dolor del enfermo. Tiene un efecto antiálgico y también permite luchar contra el sobrepeso. Dicha reeducación ha de ser regular. Podrá incluir programas de refuerzo muscular, mantenimiento de la movilidad articular, estiramientos y ejercicios de piscina (balneoterapia).
Durante los accesos dolorosos, hay que privilegiar los programas de actividad física con descarga parcial o total (balneoterapia).Una vez que el enfermo ha comprendido los ejercicios de reeducación en la consulta de un kinesiterapeuta, debe continuarlos en su domicilio en auto-reeducación.
Las ayudas técnicas
En ocasiones, puede indicarse el uso de medios auxiliares. Pese a que no se haya demostrado, su utilidad está reconocida en todo el ámbito profesional. Un bastón (sostenido con la mano opuesta a la articulación dolorosa) o unas muletas, incluso un andador en caso de afección bilateral de los miembros inferiores, pueden reducir la carga ejercida sobre las articulaciones que soportan la carga y modificar las cargas mecánicas sobre la articulación lesionada y, de esta forma, aliviar el dolor y facilitar la marcha.
Las órtesis articulares y férula
El uso de órtesis de reposo o férulas, especialmente en la osteoartritis de los miembros superiores, parece eficaz y está recomendado. Su función consiste en estabilizar la articulación en posición de función. Idealmente, la órtesis estará hecha a medida. Podrá llevarse continuamente durante las fases dolorosas o simplemente por la noche entre los episodios dolorosos. Una órtesis de función puede utilizarse durante las actividades.
Para las localizaciones en los miembros inferiores, la eficacia de las órtesis aún no se ha demostrado. Sin embargo, la EULAR (European League Against Rheumatism) y el ACR (Americain College of Rheumatology) recomiendan su utilización en el marco del tratamiento de la gonartrosis. Su objetivo es corregir una deformación y mejorar la función, la calidad de vida y la marcha. Las órteis flexibles no adhesivas, como las rodilleras elásticas en la osteoartritis de la rodilla, pueden tener un efecto antiálgico y disminuir el riesgo de caída en los enfermos con inestabilidad, y están recomendadas por la OARSI (Osteoarthritis Research Society International).
El calzado y las órtesis plantares
La adaptación del calzado es necesaria en caso de afección de los miembros inferiores. El calzado y/o las plantillas ortopédicas amortiguadoras pueden aligerar las cargas ejercidas en las articulaciones de los miembros inferiores y absorber los golpes.
La fisioterapia
La termoterapia (aplicación de calor o frío), los masajes, los ultrasonidos y la fisioterapia no tienen un efecto duradero en el dolor y la rigidez, pero pueden facilitar la reeducación aliviando temporalmente a los enfermos. Una serie de meta-análisis recientes ha concluido en la ausencia de pruebas de eficacia (o ineficacia) de estos tratamientos que, sin embargo, son recomendados por las sociedades expertas en el tratamiento de la osteoartritis del miembro inferior y la osteoartritis digital.
Los métodos alternativos
Se ha realizado una evaluación de la acupuntura en la gonartrosis y parece superior al placebo en términos de alivio del dolor, aunque tiene un efecto modesto.
Puede utilizarse la neuro-estimulación transcutánea, sobre todo tras una prótesis de rodilla, para mejorar la fuerza muscular del cuadriceps y contribuir a una mejor función. En las rodillas artrósicas no operadas, puede tener un efecto antiálgico a corto plazo.
Referencias
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