El dolor es el motivo más frecuente de consulta.
Localizado generalmente en el pliegue de la ingle, puede extenderse por la cara anterior del muslo o antero interna. Los dolores externos, frente al trocánter mayor, posteriores irradian a la cara posterior del muslo y son menos evocadores.
Las irradiaciones dolorosas pueden llegar a la rodilla.
Se trata de un dolor mecánico, que aumenta con el esfuerzo, se calma con el descanso, y no despierta al enfermo por la noche (excepto por cambios de postura, en los estadios muy evolucionados).
Puede estar acompañado, en un brote inflamatorio, de una sensación de rigidez matinal, con un desentumedecimiento de menos de 15 minutos.
El dolor puede acompañarse de una ralentización de las actividades cotidianas y la marcha, con una reducción del perímetro de marcha y una molestia cuando se producen movimientos de rotación de la cadera (dificultad para ponerse los calcetines o las medias).
Los índices algofuncionales (como los de Lequesne y Womac) permiten evaluar el grado de repercusión funcional.
El examen de la cadera debe hacerse, primero, en posición de pie, luego andando y, por último, acostado.
En posición de pie, ver si hay cojera de la cadera, una actitud viciosa en flexum de cadera o en rotación externa.
En posición acostado, encontramos un dolor y/o una limitación dolorosa cuando se moviliza la cadera. Al principio, los movimientos son poco limitados y la limitación se refiere a la rotación interna y la abducción. Es conveniente destacar la presencia de una amiotrofia del músculo cuádriceps.
Las trampas que hay que evitar
- Una artropatía metabólica
- Une patología no osteoarticular: neuralgia crural, hernia crural, artritis y flebitis femoral,…
- Una patología ósea: cadera traumática, enfermedad de Paget de la pelvis, osteonecrosis de la cabeza femoral,…
- Una patología abarticular: tendinitis gluteal, del derecho anterior…