Debe evocarse en presencia de dolores lumbares crónicos, mecánicos, vinculados a los movimientos y el esfuerzo, calmados durante el descanso, de intensidad variable pero a menudo de moderados a severos con una repercusión funcional y una alteración de la calidad de vida.
Hay que saber reconocer una sintomatología del conducto lumbar estrechado: dolores mal sistematizados de los miembros inferiores y claudicación intermitente dolorosa.
Siempre hay que eliminar una lumbalgia secundaria antes de hablar de lumbosteoartritis.